El 27 de noviembre de 1830 la Virgen Santísima se apareció a Santa Catalina Labouré, humilde religiosa vicentina, y se le apareció de esta manera: La Virgen venía vestida de blanco. Junto a Ella había un globo luciente sobre el cual estaba la cruz. Nuestra Señora abrió sus manos y de sus dedos fulgentes salieron rayos luminosos que descendieron hacia la tierra.
ATTE
CAYO PINTO
MIEMBRO DE LA COMUNIDAD DE ESTUDIOS NUMISMATICOS (CESNU-ARGENTINA)
CAYO PINTO
MIEMBRO DE LA COMUNIDAD DE ESTUDIOS NUMISMATICOS (CESNU-ARGENTINA)
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